No se que es lo que pasa en mi cabeza, pero los siguientes días al suceso ando en las nubes.
Soñé Contigo Anoche.
Se que no lo perdonarías.
No lo harías porque soy de aquellas personas que por más obstáculos que pongan en su vida, busco una manera de saltarlos.
Sin embargo los obstáculos nuevamente se presentaron ante nosotros.
Sonreíste: Tomaste mi mano. Besaste mi frente. Dijiste que todo estaría bien.
Pero nuevamente el sueño termina con el mismo resultado: nos vemos separados. Por más que corremos, no logro dar contigo. Muchas personas se interponen y al final me doy por vencida.
Tal vez eso es lo que pasa. Pienso demasiado en lo que los demás digan, piensen u opinen. Callo y observo ... trato de no emitir opiniones cuando se trata de mi. ¿Tonto, no?
Sin embargo, Soñé contigo nuevamente.
Una persona que aún no conozco. ¿Suena Loco? Para nada. No veo tú rostro. Simplemente porque no me ha tocado conocerte. Escucho tú voz... eso si... Escucho tú voz. La reconozco pero no es familiar.
Sigo desvariando.
Soy de esas personas que dicen lo que sienten. Pero no soy de las que arriesgan el corazón siguiendo un presentimiento: tal vez, pude haberte perdido en su momento. O tal vez aun no he cruzado aquel portal de lo que es ahora y lo que sería y aun no nos conocemos.
No me dotaron de grandes cualidades sensuales y atrevidas para lanzarme cual buque sin retorno a tus brazos... tuyos o de ningún amante. No soy de aquellas que se entregan sin represalias a brazos expertos cual amante de turno. No soy esa mujer que baila en los anuncios de televisión semi-desnuda o se desnuda en las portadas de las revistas.
No soy aquella con la cual los hombres sueñan: soy aquella la cual admiran pero temen en hablar de amor o sentimiento. Quizá por temor al desprecio el cual se imaginan. O tal vez por el simple hecho que no soy de las que se rinden con facilidad a las palabras tiernas, ensayadas y gastadas por el uso continúo de sus bocas. Simplemente no lo se.
Solo se que soñé contigo.
Tal vez me pongo en evidencia escribiendo estas palabras. Tal vez me desahogo y arrojo una mirada tenue al horizonte. Tal vez, ni leas este llamado. Un llamado para que finalmente nos conozcamos. Tal vez ir en contra de el Destino que no pretende este plan en nosotros. Cometimos tantos errores en el pasado: en el ayer que ninguno de los dos recordamos. En esa vida que dejamos atrás al emitir el primer aliento en este mundo... nuevamente.
Tu eras aquel del sombrero y traje color crema, cuando huíamos de nuestros enemigos. Eran los años 30. Un mundo loco que no encontraba su balance. Yo casi morí en tus brazos y dijiste que no me abandonarías.
Yo era aquella un par de siglos atrás. Te veía en la distancia cabalgar tus enormes propiedades. Nos observábamos pero la diferencia de clases sociales impedían una historia y un final juntos. Al menos sabemos que fuimos felices. Cada uno a nuestra manera... a nuestras distancias.
¿Podría no ser este el caso igual?
Me indigno de solo pensarlo. Me indigno porque tanta tristeza tiene que tener su gota de felicidad. Al menos en este momento. Me niego a creer que soñaremos el uno con el otro pero jamás estaremos juntos. Añoraremos aquel pasado, sonreiremos al hecho que hemos estado juntos... pero solo en sueños.
Solo, por el momento me conformo con Soñar Contigo. Sonreír al notar que en las estrellas está escrito.
Que solo necesito paciencia... una paciencia que por momentos se agota.
Y sueño nuevamente, que estamos juntos. Y son aquello vuelvo a sonreír.
¿Sonríes tú También?
Espero que si.